miércoles, 4 de noviembre de 2009

Ciertos antibióticos elevan el riesgo de defectos congénitos

Algunos antibióticos para las infecciones urinarias en el embarazo elevarían el riesgo de malformaciones congénitas cuando se usan en los primeros meses de gestación, publicó Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine en Nueva York.
Los autores hallaron un aumento del riesgo en dos tipos de antibióticos: la sulfonamida (como Bactrim) y la nitrofurantoína (como Macrobid). No obstante, los fármacos que se les suelen indicar a las embarazadas -penicilinas y eritromicinas- fueron seguras.

"La mayoría de los antibióticos de uso común no estarían asociados con la mayoría de los defectos congénitos estudiados", dijo a Reuters Health la coautora del estudio, doctora Krista S. Crider, de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

"Eso debería ayudar a las embarazadas y al sistema de salud a tomar decisiones sobre el tratamiento de las infecciones en el embarazo", agregó.

Las infecciones de origen bacteriano pueden ser extremadamente peligrosas para las embarazadas y el feto, y no deberían permanecer sin tratar, indicó el equipo. Pero, hasta ahora, no se hicieron estudios grandes sobre la seguridad de los antibióticos en la gestación.

Para investigarlo, los autores analizaron el uso de seis tipos de antibióticos en más de 13.000 mujeres que tuvieron bebés con por lo menos alguno de los 30 defectos congénitos más importantes y en otras 5.000 con hijos sin esas malformaciones (grupo de control).

El 30 por ciento de las mujeres en cada grupo usó un antibiótico en algún momento del embarazo o durante los tres meses previos.

Pero al equipo le interesó el mes previo al embarazo y el primer trimestre de gestación, que es un período crítico del desarrollo fetal. El 14 por ciento de las mujeres con hijos con defectos congénitos y el 13 por ciento de las mujeres del grupo de control habían usado un antibiótico en ese período.

Las sulfonamidas estuvieron asociadas con seis defectos congénitos distintos y las nitrofurantoínas, con cuatro malformaciones. Otras clases de antibióticos estuvieron asociados con uno o dos defectos.

Crider dijo que esos resultados no deberían preocupar a las mujeres que necesitan esos fármacos. Por ejemplo, hubo unas 1.000 mujeres que habían tomado penicilina y cuatro tuvieron un bebé con el defecto congénito asociado. "Es una proporción muy baja", indicó el equipo.

"Es importante saber que por cada embarazo, sin importar de qué fármaco se hable, existe un 3 por ciento de probabilidad de que el bebé desarrolle una malformación. Muchos de los defectos que estudiamos eran muy raros", agregó Crider.

Por ejemplo, una anormalidad cardíaca grave llamada síndrome del corazón izquierdo hipoplásico, que fue tres veces más común en las usuarias de sulfonamidas y cuatro veces en las consumidoras de nitrofurantoínas, ocurre en 1 de cada 4.200 nacimientos, dijo la investigadora.

Aunque ese riesgo se triplique, explicó Crider, sería 1 cado por cada 1.400 bebés.

Según la autora, se necesitan más estudios antes de realizar alguna recomendación sobre la seguridad de los antibióticos en el embarazo. (fuentes: Archives of Pediatrics & Adolescent Medicine, noviembre del 2009 / Reuters Health)

No hay comentarios: