martes, 22 de septiembre de 2009

Programa en Internet ayudó a que estudiantes beban menos alcohol

Un programa vía internet puede alentar a los estudiantes universitarios que beben demasiado a moderarse un poco, publicó la revista Archives of Internal Medicine.

Un mes después de participar en el programa, los estudiantes que habían dicho que consumían alcohol de manera riesgosa bebían con menos frecuencia y en menor cantidad en general, halló el equipo del doctor Kypros Kypri, de la University of Newcastle, en Australia.

Algunas diferencias se mantuvieron seis meses después.

El consumo excesivo y los atracones de alcohol son frecuentes en los estudiantes universitarios, que a menudo no consideran su ingesta como un problema, indicó el equipo.

Las intervenciones cortas, como la retroalimentación personalizada vía internet o una sola sesión de consejería en persona de entre 15 y 30 minutos, demostraron ayudar a los universitarios a reducir el consumo de alcohol y evitar los problemas con la bebida, agregaron los autores.

Unos pocos estudios habían analizado la efectividad de las intervenciones cortas por internet, que cada vez son más frecuentes, pero todos tuvieron limitaciones, como incluir una pequeña cantidad de estudiantes o seguirlos durante un período demasiado corto, agregó el equipo.

En el nuevo estudio, el equipo invitó a 13.000 estudiantes a participar en una prueba "online" para identificar el consumo abusivo de alcohol. De los 7.234 estudiantes que aceptaron participar, 2.435 obtuvieron resultados que indicaron un consumo "peligroso/dañino".

Esos estudiantes recibieron al azar una evaluación motivacional de 10 minutos con retroalimentación personalizada a través de internet o participaron en un grupo de control (sin intervención).

La retroalimentación incluyó los resultados del Test para Identificar los Trastornos por Consumo (AUDIT, por sus siglas en inglés).

El AUDIT es una estimación de la concentración de alcohol en sangre durante el pico máximo de consumo en las cuatro semanas previas que incluyó información sobre los efectos de las concentraciones de alcohol en sangre en la conducta, la fisiología y el riesgo de sufrir un accidente con el automóvil y un gráfico comparativo del consumo de alcohol individual y el de sus pares de la misma edad y género.

Se proporcionaron también los enlaces con los sitios que ofrecen ayuda para abandonar el alcohol y el cigarrillo.

Un mes después de la intervención, el grupo tratado activamente bebía un 17 por ciento menos de alcohol que la cohorte de control; a los seis meses, bebía un 1 por ciento menos.

La mayor parte de la diferencia se debió a que los estudiantes bebían con menos frecuencia después de la intervención.

Con todo, las diferencias eran modestas; por ejemplo, un mes después de la intervención, el grupo que había recibido retroalimentación había bebido en promedio seis días durante las cuatro semanas previas, seis copas en una salida típica y ocho por semana, a diferencia de siete, seis y 10, respectivamente, en el grupo de control.

Un mes después de la intervención, el 54,1 por ciento de los estudiantes del grupo tratado se daba atracones alcohólicos (cuatro copas de una vez para las mujeres y seis para los hombres), comparado con el 58,6 por ciento de los controles, lo que no fue una diferencia estadísticamente significativa.

No obstante, las diferencias en el consumo excesivo de alcohol (más de 14 copas por semana para las mujeres y más de 28 copas semanales para los hombres) fueron significativas.

Al mes, el 15,1 por ciento de la cohorte tratada con la intervención bebía excesivamente, comparado con el 22,1 por ciento del grupo de control; a los seis meses, el 18,7 por ciento de los estudiantes tratados con la intervención bebía en exceso, como el 25 por ciento de los controles.

A los seis meses, el 19 por ciento de los estudiantes que habían recibido la retroalimentación dijeron que bebían menos alcohol debido al programa, a diferencia del 5,8 por ciento del grupo que no había participado del proyecto.

A un mes de la intervención, el 22 por ciento de los participantes había abandonado y el 35 por ciento lo había hecho a los seis meses, lo que supera la tasa de abandono en estudios con consejería presencial.

"La falta de interacción frente a frente y la salida de la intervención del ámbito de la salud habrían reducido su potencia", escribió el equipo.

"De todos modos, ahora existen evidencias de que el enfoque general se puede replicar interculturalmente y que tiene beneficios significativos a cambio de costos modestos de implementación", añadieron los investigadores.

Los autores señalaron que la reducción del consumo de alcohol a los seis meses es similar al 13 por ciento de disminución observado con intervenciones breves a cargo de médicos de atención primaria. (fuente: Archives of Internal Medicine, 14 de septiembre del 2009)

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